Tuve la oportunidad hará unas semanas de acudir a una charla-coloquio del escritor y periodista Jesús Marchamalo, uno de los grandes periodistas culturales de este país. Es autor de quince obras y el mismo contaba que no ha escrito más porque es “lentísimo” escribiendo. Siempre le ha gustado escribir por ello se hizo periodista. En aquellos tiempos era la única manera de acceder a las editoriales y relacionarse con el mundo de la literatura. Empezó su carrera como periodista en los diarios “Villa de Madrid”, “Información “ y “Pueblo”. Ha escrito en “Diario 16”, “ABC”, “Muy interesante” y en otras publicaciones de prestigio. Ganador de varios premios importantes, si tiene que elegir uno se queda con el premio Miguel Delibes que recibió en 1999. Para él lo más importante del premio y que luego le ha aportado mucho en su vida como escritor, fue conocer al vallisoletano en persona, tomarse un café con él y a través de ahí, forjar una amistad.Se define como un hombre moderno, interesado por las nuevas tecnologías y usuario de las redes sociales, que le obligan a subir diariamente, alguna información que considera interesante.
Con este respecto una de las frases que le marcaron al hablar del futuro tecnológico fue : “lo que jamás hay que confundir es el vino con el embotellado”.
No se ve cambiando los libros tradicionales por los libros electrónicos y disfruta de otras artes como el arte contemporáneo, la arquitectura y la fotografía.Un escritor al que aprecia es a Cortázar. En una exposición dedicada al autor y su obra, Marchamalo recoge a través de sus obras, sus anotaciones, dedicatorias, etc, su personalidad y el rastro que deja una enorme figura de las letras.Las bibliotecas de los escritores son parte del mapa del tesoro de su forma de entender la literatura y eso era lo que quería mostrar Jesús Marchamalo en su último libro, “Donde se guardan los libros”.Para ello Marchamalo ha entrado en los santuarios de grandes escritores como Vargas Llosa, Arturo Pérez Reverte o Fernando Savater… y así hasta veinte escritores de renombre que han abierto las puertas de sus particulares bibliotecas a través de este libro. Podremos conocer como empezaron sus colecciones, cuáles han sido los ejemplares que más les han costado conseguir e incluso tomar nota de las recomendaciones de lectura que hace cada escritor.
Para Marchamalo, viendo los libros que una persona tiene en su casa, se demuestra la unión o no que puede haber con esa persona.
Le sorprendió la facilidad que le han puesto estos escritores para mostrarle sus bibliotecas personales. A diferencia de otras obras que requieren una mayor documentación y preparación, Marchamalo acudió a cada casa con una libreta en blanco y un bolígrafo porque no sabía que podía encontrarse en cada rincón literario de los escritores que visitó.
Como decía antes, en “Donde se guardan los libros” cada escritor hace recomendaciones a los lectores de tres libros. Para Jesús Marchamalo los libros son como las medicinas, según tus problemas y preocupaciones hay que leer un libro u otro, aunque siempre hay libros genéricos como medicamentos. En este caso recomendó “El olvido que seremos” de Néstor Abad, en el que narra la historia de su padre asesisano por su ideología de izquierdas.
Este mundo de la lectura es como todos los demás. Habrán libros que a una persona le parezcan fabulosos y ese mismo libro para otro lector será nefasto. Eso al fin y al cabo es lo bonito de todo esto, la diversidad cultural y la diversidad de gustos.
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